En esta página, puede encontrar información sobre el monitoreo de mariposas.
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Los insectos son el grupo más diverso de especies en la tierra con un estimado de 5.5 millones de especies (Stork, 2018). Proporcionan un componente importante de la biodiversidad y juegan un papel vital en el mantenimiento de los ecosistemas. La enorme diversidad de insectos crea un gran desafío para el seguimiento y determinar qué factores afectan a las poblaciones. La mayoría de los grupos de insectos son difíciles de identificar a nivel de especie y tienen pocos expertos que los estudien.
Uno de los grupos más populares y conocidos son las mariposas que pueden servir como bioindicadores útiles. Son sensibles al cambio ambiental (como el cambio climático o del hábitat), son relativamente fáciles de reconocer y son populares entre el público. También hay una gran cantidad de información sobre sus ciclos de vida y cómo estos podrían verse afectados por diferentes aspectos del cambio ambiental.
Las mariposas ya son uno de los grupos de insectos con mejor seguimiento del mundo, pero hay lagunas en nuestro conocimiento. El primer Programa de Seguimiento de Mariposas (Butterfly Monitoring Sscheme, BMS siglas en inglés) comenzó en el Reino Unido en 1976, y ahora existen BMSs en más de 20 países en Europa, todos utilizando el mismo método de seguimiento diseñado por Ernie Pollard.
¿Por qué mariposas?
Las mariposas son valiosos bioindicadores de los ecosistemas terrestres porque cumplen una serie de requisitos:
- Son fáciles de reconocer
- Son muy sensibles a los cambios (tanto climáticos como a acciones en sus hábitats)
- Son un grupo prominente de insectos que colectivamente constituyen más de dos tercios de todas las especies en la Tierra.
- Junto con otros insectos, son un componente vital de la cadena alimentaria, proporcionando alimento para otros insectos, así como para aves y mamíferos.
Fotógrafo: @Chris van Swaay